martes, noviembre 04, 2008

Comegón

Comegón serpenteaba por la galaxia, dejando una estela blanca a su paso, dirigiendo su cabeza dorada entre las vastas y negras inmensidades del espacio profundo, asomándose a cuerpos celestiales de cuanto en cuanto para observarlos y recargar energía.
Un buen día, Comegón se paró ante un minúsculo planetoide verde, era como tantos otros miles que había visto, lleno de millones de pequeñas criaturas humanoides auto complacientes y cargadas de temores, le recordaba a una casa que el tuvo una vez, hace eones, cuando era un niño cósmico y correteaba cazando monitos entre la espesura de lo que entonces le parecían enormes selvas. Ahora este planeta que tenía delante le parecía insignificante, le entraron ganas de devorarlo, se preguntaba que pensarían sus habitantes, esos hombrecitos verdes escamosos, al verse tragados por una enorme masa de luz...
- ¿Y que importa?- pensó - se fusionaran conmigo y recorrerán el cosmos, viendo a través de mis ojos y compartiendo mis infinitos conocimientos, al fin y al cabo, eso es justamente lo que todos ellos anhelan en su corazón, no pueden ocultármelo. Está bien, les preguntaré dentro de su alma si están dispuestos a aceptar el viaje.
Comegón les preguntó y ellos respondieron al unísono, había aún miedos y dudas pero todos aceptaban que ese era su destino.
Así que se los comió.

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